Una disquetera no sirve para nada. 1.44MB de información hoy en día no pueden albergar ni una fotografía en una resolución alta y ya ni siquiera Sony fabrica disquetes.
Sin embargo hay algo que se puede hacer con una disquetera. Arte. Reprogramando el READ, WRITE y las otras 14 órdenes básicas de estos lectores, se consiguen sonidos que podemos afinar hasta conseguir notas concretas y unir para interpretar partituras completas.
Esto no es algo nuevo (todos habremos oído la marcha imperial en una disquetera) aunque MrSolidSnake745 ha sabido darle un giro a esta instrumentación del disco flexibles de 3.5 para interpretar sus odas del frikismo con hasta 8 disqueteras a la vez como si de un home cinema 7.1 se tratara en el que cada disquetera representa un canal individual y separado del resto.
A continuación os dejo unos cuantos vídeos que reflejan la belleza politónica de las unidades floppy cuando se encuentran con un buen programador.